domingo, 13 de noviembre de 2011

Eckhart Tolle y "El poder del ahora"
Hace poco recibí un regalo de una prima muy querida: me enviaba una meditación de Eckhart Tolle, me escribió que alguien se la había enviado y que le había gustado tanto que me la pasaba a mi. Se lo agradecí mucho, confío totalmente en su criterio, sabía que no me iba a defraudar.
Yo conocía algo, poco, de Tolle, había visto parte de un video donde explicaba que si uno se ocupa solo del instante que sucede, de ese mismo momento, ahuyenta todos los inconvenientes que producen los pensamientos hacia atrás y hacia adelante, y que solo con practicar esto uno pasa a un nuevo estado de conciencia que da mucha tranquilidad.
Tengo mis serias reservas sobre esto de evitar los pensamientos porque prefiero vivir angustiada pero pensando, a menos que los elimine ex profeso durante una meditación. Pero Tolle insiste en que vivimos atrapados por los pensamientos y que en realidad son pocos pero molestan como si fueran muchos.
No es la primera vez que leo sobre liberarse de todas esas ideas que tenemos atiborradas en el cerebro, que no son más que conductas transmitidas por nuestros ancestros para enseñarnos a sobrevivir a su manera.
Antes de leer la meditación sobre la naturaleza quería tener la oportunidad de preguntarle a Eckhart si no podíamos combinar, hacer algo alternativo, tener pensamientos a ratos y ahuyentarlos en otros momentos. Sin embargo, ya sé que recomienda que nos fijemos en la cantidad de momentos pequeñitos durante los que no pensamos, que existen muchos de ellos a través del día y que los debemos aprovechar y alargar. No sé si Tolle lo que sugiere es una meditación continua porque dice que estos momentos alargados son más efectivos para nuestra vida que media hora de meditación al día.
Luego me dispuse a leer lo que me llegó porque deseo entender mejor lo que propone Tolle, más que todo porque algo me debo estar perdiendo ya que él se ha convertido en el maestro espiritual más difundido del momento.
Esta vez, Tolle insiste en el punto de vivir el momento pero agrega que debemos aprender a través de la naturaleza. Y nos pone como ejemplos a los árboles, los animales, las aguas, todo eso que nos rodea. Pide que los tomemos como ejemplos ya que ellos no andan buscando salirse de lo que son sino que se sienten contentos con lo suyo.
En realidad lo que se plantea con gran simplicidad es algo tan complicado como dominar nuestro ego quedándonos quietos.
El texto está escrito con gran sencillez y es muy bonito, me gustó a la primera y lo leí de nuevo para tener una segunda impresión, me siguió gustando porque de alguna manera sentí que esas palabras eran inspiradoras y que trataban de hacerme bien. Decidí tratar de adaptarlas a mi aire a ver si obtenía algún efecto.

Al terminar de leer me fui al puerto a contemplar el mar, me pareció que sería un buen escenario para identificar y alargar mis momentos sin pensamientos.
Me senté en un banco. Contenta porque el puente estaba bastante solitario y pude aislarme, hasta me recosté para mirar el cielo. Me pareció una combinación perfecta: mar, cielo y mente en blanco. El único estímulo el suave paso esporádico de alguna gaviota.
Hasta que pasó una gaviota, y pasó otra y otra. Comenzaron a pasar gaviotas a velocidad supersónica. Me senté para saber hacia donde iban y observé que en la punta del puente les estaban lanzando comida. Las gaviotas habían perdido toda su compostura, ya no planeaban suaves e indiferentes sobre el mar sereno porque necesitaban comer. Y hacia allá se fueron todas en cambote.


Esa es la otra gran pregunta que necesito hacerle a Eckhart Tolle, como vamos a solucionar lo de la comida si nos quedamos en estado natural.

Yo sé que muchas de las personas que me leen saben del tema bastante, mucho más que yo, y me encantaría recibir respuestas o que me aclaren. ¡¿Cómo sobrevivimos?!
http://www.eckharttolle.com/