En agosto del 2013 me encontraba en Caracas. Ya, en esa época, yo no vivía en mi querida y temida ciudad, pero había vuelto por una temporada a dictar mi taller La historia de tu vida.
Ese taller había surgido el año anterior en Miami Beach, atendiendo al deseo de unos amigos de contar sus propias historias. Sin embargo, pronto se corrió la voz de que el taller ofrecía una metodología para contar cualquier historia y más aún, el taller tenía cierto efecto sanador, así que terminé volviendo a Caracas para dar el taller, con una programación super apretada en diferentes instituciones y sitios privados.
La historia de tu vida fue un éxito desde el primer momento en Caracas porque refleja la tendencia por contar su propia historia del ser humano, de poner por escrito lo que le pasa en la vida.
Allí, en una de esas organizaciones caraqueñas, la Fundación Herrera Luque, me encontré con 16 alumnos deseosos de armar su narrativa familiar, pero una de esas caras que me observaban ansiosas por comenzar yo la conocía bien. Allí estaba un rostro vivaz de mirada inteligente y audaz, se encontraba Isa Nuñez sentada frente a mi.
Este era mi segundo encuentro en la historia de mi vida con Isa Nuñez, allá en los felices años 90 nos habíamos encontrado en el verdadera Venezuela, viviendo y trabajando en democracia, esa que habíamos heredado de nuestros padres y que no sabíamos cuanto había costado.
Isa y yo habíamos formado parte de un excelente equipo de profesionales venezolanos que, al día con todas las últimas tendencias de mercadeo, vendía licores en medio de una perenne fiesta… nos divertíamos mucho pero cómo trabajábamos!
Me gustó ver a Isa sentada allí entre mis otros alumnos y me intrigó lo que iba a contar.
De ese taller, Isa salió con unas cuantas herramientas para narrar y una idea bailando en su cabeza, en todo caso, ella ya sabía cómo entrar en el modo creativo para darle estructura a una historia.
Quedamos en hablar de nuevo cuando ella tuviera algo escrito. Yo estaba optimista porque conocía la tenacidad de Isa y su habilidad para morder un proyecto y no soltarlo hasta que todas las piezas calzaran en su lugar.
En el 2014 recibí las primeras noticias de que Isa había seguido adelante, solo destellos lejanos desde Caracas, y en el 2015 recibí el primer borrador de un texto completo que iría variando luego de muchas lecturas y correcciones. Isa pronto había entendido que escribir no es tan glamoroso sino más bien un oficio similar al de un músico que buscar su ritmo insistiendo. Lo que sí se mantuvo inamovible fue el título de su texto: La Viuda Virgen.
Ese título es una de las cosas mejor logradas en la obra de Isa, yo diría que contiene el contenido magistralmente.
En su trabajo, Isa estaba demostrando que no era nueva contando historias, sino que ya se había probado exitosamente antes. Vender y mercadear licores es un arte porque mientras los demás anunciantes pueden utilizar todos los recursos disponibles, la industria licorera no, así que ella ha desarrollado un estilo propio dentro de lo permitido, ha aprendido a contar la historia de cada uno de sus productos y si no la encuentra ha tenido que inventarla. Isa aprovechaba su experiencia.
La Viuda Virgen es un preciso ejemplo de auto ficción, esa mezcla de realidad e imaginación que intriga más. Isa en su libro relata algunos episodios de su vida pero claramente los adorna, los borda con su imaginación, de tal manera, que al final uno se queda dudando sobre lo que pasó y lo que no pasó de verdad. Habilidad muy especial.
El recorrido por cada uno de los episodios de Isa es una mezcla que nos crea nostalgia, risas, admiración y hasta el deseo de vivir cosas nuevas, diferentes, ya que Isa convierte momentos oscuros en claros y momentos de quiebre en oportunidades, para continuar viviendo una existencia realmente creativa.
El deseo del ser humano de contar su propia historia es solo comparable al deseo de las personas por leer sobre los demás. Necesitamos establecer parámetros de referencia y necesitamos narrar nuestra propia historia por varias razones, porque es un legado que dejamos a los que vienen luego, porque al sacar nuestros recuerdos del inconsciente creamos nuevos caminos en el cerebro que nos hacen ver las cosas de una manera diferente y porque contar cómo nos fue en la fiesta produce placer y constata que somos parte de un gran plan, nos da perspectiva.
Los invito a disfrutar de este momento porque les aseguro que es algo muy especial, es un evento diseñado por Isa Nuñez, la más grande productora de eventos de Caracas, el Caribe y ahora Miami. También los invito a leer La Viuda Virgen para que acompañen a Isa en esta nueva empresa de contar historias, que dominará a la perfección, como es su costumbre.
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