EL NUEVA YORK DE ZENOBIA Y JUAN RAMON
Saint Stephan Catholic Church |
Marta Washington Hotel |
En "Las Siluetas del Fuego" las biógrafas de Zenobia narran algunas de las incidencias de la llegada del poeta a Nueva York:
"Caminar por Lexington en pleno Febrero significaba soportar mucho frio, por eso Zenobia le había propuesto a su madre que la esperara en el hotel Marta Washington mientras ella resolvía compras de última hora; su excursión fue inútil, todo estaba cerrado por el natalicio de Abraham Lincoln.
Después de llegar a la 59 con la esperanza de encontrar abierto Bloomingdale´s, Z bajó hasta Broadway con la 34 para probar suerte en Macy´s, también cerrado, frustrada se conformó con parar ante algunos escaparates mientras hacía tiempo para recibir a Juan Ramón. Se detenía, observaba, y seguía bajando por la acera ancha en contra de una brisa que pelaba. Angustiada imaginaba las peripecias del poeta. Le preocupaba que se hubiera enterado de la muerte de Rubén Darío en alta mar, le preocupaba que no le hubiera sentado bien el cruce del Atlántico y llegara con uno de sus pertinaces resfriados, y la mayor preocupación: la expresión ausente de su rostro el día de la despedida en Cadiz.
Un escalofrío recorría su cuerpo: ¿todavía estaría Juan interesado en ella? Zenobia admitía que eran muy distintos, se lo había aceptado a su madre cuando le recordaba insistente que tenían educaciones diferentes"
"En el muelle, Zenobia, viendo a lo lejos la silueta del barco, recordó sonriente la propuesta de JR: "Si te mareas viajaremos como hermanos durante la travesía". Queridísimo poeta... Ya caminando por el costado del inmenso trasatlántico, trató de adivinar dentro de que pesado sobretodo y bajo de que sombrero desembarcaría su amado Juan Ramón".
"Hace poco, cuando yo bajaba por la Quinta Avenida, ya comenzando el frío de diciembre, me imaginaba que era Zenobia envuelta en su abrigo de cuello de astracán, me sentí igual que ella cuando caminaba del brazo de su madre hacia Saint Stephan, para hablar de la boda con el párroco"
Después de llegar a la 59 con la esperanza de encontrar abierto Bloomingdale´s, Z bajó hasta Broadway con la 34 para probar suerte en Macy´s, también cerrado, frustrada se conformó con parar ante algunos escaparates mientras hacía tiempo para recibir a Juan Ramón. Se detenía, observaba, y seguía bajando por la acera ancha en contra de una brisa que pelaba. Angustiada imaginaba las peripecias del poeta. Le preocupaba que se hubiera enterado de la muerte de Rubén Darío en alta mar, le preocupaba que no le hubiera sentado bien el cruce del Atlántico y llegara con uno de sus pertinaces resfriados, y la mayor preocupación: la expresión ausente de su rostro el día de la despedida en Cadiz.
Un escalofrío recorría su cuerpo: ¿todavía estaría Juan interesado en ella? Zenobia admitía que eran muy distintos, se lo había aceptado a su madre cuando le recordaba insistente que tenían educaciones diferentes"
"En el muelle, Zenobia, viendo a lo lejos la silueta del barco, recordó sonriente la propuesta de JR: "Si te mareas viajaremos como hermanos durante la travesía". Queridísimo poeta... Ya caminando por el costado del inmenso trasatlántico, trató de adivinar dentro de que pesado sobretodo y bajo de que sombrero desembarcaría su amado Juan Ramón".
Bloomingdale´s en Lexington desde 1886 |
LAS BIÓGRAFAS
"Zenobia adoraba los almacenes de New York, se pasaba horas enteras revisando mercancía fina, ella e Isabel Aymar. Yo creo que las dos amaban esa ciudad. La consideraban suya""Hace poco, cuando yo bajaba por la Quinta Avenida, ya comenzando el frío de diciembre, me imaginaba que era Zenobia envuelta en su abrigo de cuello de astracán, me sentí igual que ella cuando caminaba del brazo de su madre hacia Saint Stephan, para hablar de la boda con el párroco"
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